SARTRE EN TIEMPOS DE CUARENTENA

EL TORMENTO DEL OTRO EN A PUERTA CERRADA

Compilación por: Sergio Ávila R.

Por: Iván Gutiérrez.

El drama del encierro en el que actualmente vivimos por la pandemia del covid–19 no es tan novedoso para la humanidad como pudiéramos llegar a pensar quienes ahora lo experimentamos; por el contrario, es un drama con antecedentes históricos y claro, aproximaciones desde las bellas artes.

Éste es el caso de A PUERTA CERRADA, obra teatral escrita por el filósofo existencialista Jean–Paul Sartre, estrenada en 1944. Garcin, Inés y Estelle son los protagonistas de esta pieza, personajes cuya condena tras morir es soportar una visión muy particular del infierno: el encierro juntos dentro de una sola habitación para toda la eternidad.

El concepto principal que maneja el filósofo en esta puesta en escena refiere al tormento que representa la cercanía infinita con la mirada externa: la incapacidad de encontrar la paz frente a la presencia absoluta y permanente del otro, realidad que oprime desde la obligación de lidiar por siempre con los demonios ajenos —como si los propios no fueran suficiente.

Al igual que la idea del panóptico que desarrollara Michel Foucault en Vigilar y castigar, esta puesta en escena establece a la mirada del otro como un mecanismo de poder que determina, en cierta medida, la psique individual. En A puerta cerrada la condena es el juicio perpetuo que los personajes se hacen uno al otro, un tormento que alcanza proporciones dantescas al no poder interrumpirlo de ninguna manera: no hay tiempo, sólo un eterno presente en el que es imposible dormir o parpadear, no hay escape de la alteridad. Ni siquiera el interior sirve de refugio, pues los pensamientos del otro logran atravesar cualquier intento de introspección.

La dependencia de la otra persona cobra un peso desmesurado que orilla a los personajes a tratar de apoyarse mutuamente y convivir con respeto (claro, con no muy buenos resultados). Así queda plasmado en el siguiente diálogo expresado por Garcin:

Inés, han enmarañado todos los hilos. Mire: con el menor gesto que usted haga, con que levante una mano para abanicarse, Estelle y yo sentimos una sacudida. Ninguno de nosotros puede salvarse solo. O nos perdemos juntos o salimos de esta juntos. Elijan. (Una pausa.) ¿Qué sucede ahora?

Este drama representa también un conflicto de identidad. Los personajes ven imposible percibirse a sí mismos sin la proyección que hacen uno sobre el otro, diluyendo su autoconcepto en la percepción continua que impone la existencia de sus cohabitantes. Aquí el axioma de se es en relación con el otro simboliza el origen de una carga eterna e insoportable. En el siguiente párrafo podemos presenciar la agonía que provoca esa realidad en el personaje de Garcin:

¡Abran! ¡Abran! Lo soportaré todo: los cepos, las tenazas, el plomo derretido, las pinzas, el garrote, todo lo que quema, todo lo que desgarra; quiero sufrir normalmente. Antes cien mordeduras, antes el látigo, el vitriolo…, todo antes que este sufrimiento interior, este…, este fantasma de sufrimiento que roza, que acaricia y que nunca hace demasiado daño.

Como muestra este fragmento, los conflictos en la obra de Sartre se desarrollan a través de diálogos dramáticos de gran intensidad, con las emociones de los personajes desfilando por el desprecio, la pasión, la ilusión, el engaño, la confianza, el odio, la traición, la vergüenza, el amor.

Es claro que la situación actual de cuarentena difiere de esta historia teatral en muchos aspectos, entre ellos el hecho de que uno siempre puede escabullirse a otro lugar, por ejemplo, la habitación propia, el baño, la cocina, el patio, o claro, el sueño, alternativas de asilamiento que ofrecen una pausa al tormento y permiten reconectar con el yo profundo. En la obra de Sartre no: el encierro con el otro es perpetuo y nunca tendrá escapatoria.

Algo que resulta impresionante en esta obra es que los protagonistas, a pesar de no poder escapar de donde habitan, pueden observar lo que sigue transcurriendo en el mundo, visualizando las acciones de sus seres queridos, de sus compañeros de trabajo o de quien se les antoje. Esto resulta interesante, pues casi pareciera que Sartre hubiera previsto, con sesenta años de anticipación, el nacimiento de Internet, tecnología que nos permite interactuar con el mundo más allá; vivimos encerrados, sí, pero con millones de ventanas al mundo que por el momento no habitamos.

Volviendo al punto central de este análisis, el acto y diálogo final de la obra parece mostrar lo que pudiera ser un guiño de que, a pesar de todo el sufrimiento que provoca la otredad, queda el consuelo del arte, representado en el acto que se interpreta siempre frente al otro: un performance eterno en el que la belleza de todo drama es la condena final.

Leer la obra del filósofo francés en estos momentos puede resultar ideal para reflexionar lo que algunos podrían considerar un padecimiento contemporáneo, una visión en la que, como bien expresara Jean–Paul Sartre, “el infierno es el otro”.

A una dama muy bella vestida de luto

Compilación de Sergio Ávila R.
Por: Alfredo Cardona Peña (Costa Rica, 1917- Cd. de México, 1995)

Su luto era la alfombra de una llama,
un nardo entre la noche su sonrisa.
Oh mágica visión, oh Mona Lisa
hecha de luz y doncellez en rama.

La vi como quien ángeles exclama,
como quien suelta alondras a la brisa;
bella, gentil, recóndita y sumisa,
tenía algo de luna y de retama.

La admiración, rindiéndole homenaje,
sin que la oyera murmuraba un rezo.
Y destacaban, en aquel paisaje

o antiguo medallón tácito al beso,
su blanca tez, lo negro de su traje,
y amor, amor entre los ojos preso.

El Abate Dauteroche en San José del Cabo. Por Arturo Meza O. (Relato).

EL ABATE DAUTEROCHE EN SAN JOSE DEL CABO.
Por Arturo Meza Osuna. (1 de junio 2020)
Sabemos que el planeta más cercano al sol es mercurio, le sigue Venus y el tercero es la Tierra. Por lo tanto, desde la Tierra se puede observar el paso de Venus y Mercurio con el sol de fondo cuando los planetas están alineados, en el caso de Venus, se alinea con la tierra cada 1.6 años sin embargo, a causa la inclinación de su órbita diferente a la de la tierra, el fenómeno del paso de Venus por el disco del sol, solo se puede observar casi cada siglo. La más reciente observación fue en 2012, el próximo paso de Venus por el disco del sol será en el año 2117.
Ese tránsito se da en pares y en ciclos, pares separados por ocho años y ciclos variables pero bien conocidos: hay un largo intervalo de más de cien años, seguido de uno corto de ocho años y luego otro de más de un siglo. Así vemos que ha habido tránsitos de Venus –con testimonios- por el disco solar en 1631 y 1639; 1761 y 1769; 1874 y 1882, los últimos fueron en 2004 y 2012. El que nos ocupa es el de 1769 cuando el abate Jean-Baptiste Chappe D’Auteroche vino a San José del Cabo a hacer sus mediciones. En esa época no se tenía una idea precisa de la escala de dimensiones del sistema solar, si se pudiera medir la distancia entre dos planetas, se podían hacer cálculos con el resto de planetas y con la Tierra. Entre más medidas de regiones distantes entre sí, mayor exactitud en las proyecciones. Estas mediciones eran cruciales para la ciencia y sus utilidades prácticas. Tales observaciones permitían conocer la Unidad Astronómica, la distancia de la tierra al sol y con ello, el perfeccionamiento en los mapas, la ubicación exacta de ciudades, islas, puertos y las rutas del comercio marítimo, por ejemplo.

Ocho años antes, el abate –clérigo asociado a la iglesia católica de Francia- Jean-Baptiste Chappe D’Auteroche había hecho observaciones desde Siberia -Mémoire du passage de Vénus sur le soleil, avec des observations sur l’astronomie et la déclinaison de la boussole faites à Tobolsk, en Sibérie) en mayo de 1761, el siguiente tránsito, el de 1769, se vería con claridad desde la punta de la península de Baja California. Reinaba en España Carlos III un hombre típico de la Ilustración: había fundado el Jardín Botánico de Madrid y el hoy Museo Del Prado como museo de ciencias. D’Auteroche acudió ante el rey con el fin de solicitar permiso para trasladarse a la Nueva España con todo y tiliches para viajar a California, el permiso se lo concedieron con la condición de que se unieran a la expedición dos astrónomos españoles -Vicente de Doz y Salvador de Medina- y un mexicano -Joaquín Velázquez- con un grupo de ayudantes. Acompañaron a Chappe en la expedición Jean Pauly, ingeniero y geógrafo del rey de Francia; Mexander Jean Noel, dibujante; Dubois, experto en la compostura de aparatos astronómicos, y un sirviente de Chappe.
Dice el maestro Moisés Coronado: “La marcha, que cada vez fue más penosa, se inició en septiembre de 1768 hacia Cádiz, de ahí a Veracruz, luego la capital novohispana, San Blas, Nayarit, y atravesó el golfo de California hasta avistar Cabo San Lucas donde se hizo campamento y el abate pudo advertir que sus instrumentos de medición llegaron en condiciones perfectas.” El día escogido para la observación fue el 3 de junio, el viaje desde París había durado 77 días.

 En San José del Cabo se había presentado una epidemia –cólera o fiebre amarilla- que acabaría con cerca del 70 por ciento de la población, a pesar de esas condiciones, D´Auteroche se negó a suspender la misión – el siguiente paso de Venus por el sol sería dentro de 105 años-. Nada lo detendría. Las observaciones fueron exitosas como constaría en la obra “Viaje a California para la observación del paso de Venus por el disco del Sol el 3 de junio de 1769”. Terminado el trabajo, Chappe se quedó a atender a los enfermos y para escribir la experiencia pero ya no pudo regresar a Europa. Juan Melgar, en el cuento “Un abate cabalga entre vinoramas” imagina así los últimos días de Chappe D’Auteroche debilitado por los vómitos, deshidratado, febril: “Que alucinaciones castigan; que ensoñaciones drogan su cerebro caliente ahora, mientras –sujeto con correas de cuero crudo firmemente anudadas a la cabeza y a la teja de la silla sobre su mula favorita, cabestrada a caballo por un Soldado de Cuera – sube y baja cuchillas y terrenos montunosos, atraviesa arroyos de arena floja y cerros pedregosos que arrancan sonidos metálicos a las herradas patas de las cabalgaduras, en este viaje febril hacia la misión de San José del Cabo, tratando de abordar una nao de Filipinas que levará anclas sin él, rumbo a Acapulco. A finales de julio el abate recibió los pródromos de la enfermedad que lo llevarían a la muerte el 1 de agosto de 1769 a la edad de 47 años. También fallecerían el astrónomo español de Medina y el técnico francés Dubois.
El final, Melgar lo cuenta así: “Al fin, cabalgando ahora en su mula favorita al trote largo y pajarero que ambos, hombre y bestia disfrutan, libre ya de ataduras y de fiebre, el hombre de ciencia; el volador sobre los verdes techos de la ciudad; el adolescente que prueba la frialdad de las aguas del río; el niño que festeja los crujidos del coche de caballos, el joven estudiante que gustó el picor ahumado de la pierna de cerdo salvaje…Todos juntos sobre aquella mula retinta habrán de despeñarse alados y sonrientes por el negro agujero de la muerte”
Chappé D’Auteroche fue sepultado en San José del Cabo.Buenos dias BCS
(COMENTARIOD DE LECTORES)
*Antonio Avilés Rocha Muy interesante apunte. Vi, en La Paz, a través de vidrios de careta de soldador, el del 2012, creo recordar que fue entre las 13:00 y 14:00.
*Evaristo Murillo La comunidad científica y la sociedad sudcaliforniana tenemos deudas con los dos audaces astrónomos una sencilla placa conmemorativa no es suficiente para Cappè de Auteroch y peor para el mexicano Joaquín Velázquez de León quien registró sus observaciones el mismo día pero el sitio de Santa Ana, actual delegación de San Antonio donde no hay ninguna evidencia fìsica sobre la expedición científica de 1769.

(Con esas observaciones se pudo determinar la primera Unidad Astronómica equivalente a la distancia entre el sol y la tierra).
*Jose Manuel Green Olachea Es un gran personaje, digno de todo homenaje, en San José del Cabo, sobre todo, que mostró su gran valor científico y humanitario, muy digno de elogiarse ante el mundo….
*Víctor Hugo Gutiérrez Zúñiga Me tocó verlo en telescopio en el Departamento de Astronomía de la UNISON.

 

 

 

 

 

 

 

 

Así era el sida. Por Arturo Meza O./ 30 05 20/ (Relato-comentario-Opinión)

ASI ERA EL SIDA
Por Arturo Meza Osuna.

Solo que nadie se acuerda, la de rumores que se levantaron con esa infección que hizo su aparición, oficialmente en 1982. Nada se sabía, surgían todo tipo de noticias falsas, rumorología, creencias, mitos, mientras las verdades andaban sumergidas en revistas científicas muy selectivas a la que muy poca gente tenía acceso. Poco a poco se fue imponiendo la verdad, en la medida que la epidemia se convertía en endemia, es decir, en una enfermedad más del catálogo de enfermedades que venía a sustituir a esas enfermedades que ya no aparecen como la difteria, la tosferina, el sarampión, la viruela, el escorbuto, la lepra, la poliomielitis, la anemia perniciosa, el beri beri y muchas otras.
Cuando el SIDA finalmente llegó a La Paz, uno de los primeros en sufrir la enfermedad fue una joven que tenía una estética, vivía en el barrio de El Esterito. Fue muy rápida su evolución, tres meses de disminución acelerada de peso, fiebres constantes, anorexia y evacuaciones diarreicas acabaron con su vida. Si ésta era la historia natural de los infectados de SIDA, estábamos en problemas. Después supimos que con ciertos cuidados, hábitos higiénicos, el uso del condón, algunos medicamentos, el afectado podía vivir mucho tiempo, que además, la evolución era muy variable, que dependía mucho del estado de salud general y la actitud que se tomaba ante la enfermedad. Quien mejor comprendió y trató el SIDA, en nuestra comunidad fue el Dr. Juan Manuel Cota Abaroa, a quien le debemos agudas observaciones iniciales, su dedicación a los enfermos y las enseñanzas acerca de la enfermedad.

De cualquier manera, en esos tiempos, tener SIDA significaba la muerte. Cuando el joven de El Esterito murió, a la familia se le ocurrió hacer una pira para quemar su ropa. Los vecinos pusieron inmediatamente el grito en el cielo, el Esterito se vació en cuanto supieron el origen de la hoguera, la gente no quería volver a su casa contagiada por el humo. Existía en ese tiempo un programa matutino de radio “contacto directo” que recibió llamada tras llamada de los esteritenses quejándose de la imprudencia de la familia de quemar las contaminantes ropas del muchacho fallecido.
Tanto como el covid hoy, estuvo el SIDA en los medios. No se hablaba de otra cosa. Aunque el SIDA tenía un punto morboso, muy explotable por los catequistas y moralistas, esos seres puros y recatados. Era básicamente contagiado por contacto sexual y en sus inicios, se expandió en comunidades de homosexuales. Especial para llamar al fin del mundo, la predicción de los evangelios, los vaticinios de Nostradamus y el apocalipsis. Tenía todos los ingredientes para las parafernalias de la letra escarlata.
La ciencia se fue imponiendo, el SIDA se hizo endémico. En menos de dos años fue identificado el virus, todo ese tiempo entendimos el mecanismo de replicación viral, la forma de afectación a una parte del sistema inmunológico, se comprendió mejor la función de los linfocitos y sus auxiliares, se conocieron bien las enfermedades oportunistas y el modo de tratarlas, en menos de cinco años ya se tenían medicamentos que retrasaban los síntomas, el paciente se podía mantener muchísimo tiempo en estado de portador, los antirretrovirales mejoraron –y siguen mejorando- el control de la enfermedad hoy en día la hace, en las instituciones, un médico general.

 Lo mismo pasará con el Covid 19, a falta de vacuna, será la inmunidad colectiva la que haga frente al mal. El confinamiento, la sana distancia, la falta de contactos, lavado de manos, sanitización, cubrebocas, son medidas que tratan de evitar que todos enfermemos al mismo tiempo, no alcanzarían camas de hospital, especialistas, personal. Llegaremos al punto culminante de la infección, pero también con mayor cantidad de individuos con inmunidad –temporal o permanente- que se constituirán en una barrera inmunológica a los que el virus ya no hace daño. Entonces, algunos enfermarán, otros seguirán como portadores asintomáticos que aumentarán las barreras de la inmunidad colectiva y allá, de vez en cuando alguien enfermará de COVID que aparecerá en el catálogo de las enfermedades, igual que el escandaloso y pecaminoso SIDA.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Un nuevo amanecer

Por: Alfredo González jr.

Quizá no falte mucho para el mal sin regreso.
Desde el afán bien intencionado con matices de una nueva ilusión. Solo el. Clamor de un alma entristesida. Y el ardor de un apasionado corazón.

Mis ojos se cierran esperando la salvación. Quizá nunca llegue pero nunca se extinguirá lo que hay en mi interior.

Un fuego consumidor lleno de esperanza y amor. Solo una chispa es suficiente y me levanto nuevamente con un nuevo esplendor.

No se si esto acabará pero por lo mucho que sea mi fe nunca sesará de darme la fuerza para levantarme un día nuevo que empezará.

Te llamo a ti Dios que todo lo vez y todo lo escuchas que todo lo sabes.

Si en algún momento llego a caer que sea en tu dulce manto donde tu paz reina y la esperanza avanza con los brillos de un nuevo amanecer.

El círculo de lectores. Por Arturo Meza O. (Relato) /21 05 20/

EL CIRCULO DE LECTORES
Por Arturo Meza Osuna.

Cuando salí de la Prepa me esperaban unas largas vacaciones en San Ignacio, salíamos en junio y si entraba a la universidad, entraría hasta el siguiente año, antes había que ir a la Ciudad de México a hacer el examen de admisión a la UNAM. Por suerte, Abel Aguilar, el cartero del pueblo se tuvo que incapacitar y en cuanto me lo propusieron, de volada acepté sustituir a Abel, muy requetebién me caerían las 10 a 12 quincenas para subsistir inicialmente en el DF… si pasaba el examen.
No había mucho que hacer, recibir las pocas cartas que llegaban, hacer la lista de las cartas “a lista de correos”, sellar de recibido las cartas que llegaban y entregarlas a su domicilio, el resto del tiempo era leer y estudiar para el examen. El administrador, Don Agustín Rojas, no era muy platicador. Sin embargo, los conocimientos enciclopédicos los había adquirido en La Paz. Éramos un grupo de chavos que vivíamos para el lado del Choyal, nos íbamos a pie hasta la Prepa por la Morelos, toda Isabel la Católica, luego por Forjadores, éramos Ernesto Adams, Saúl Manríquez, Juventino Cota, Alán García, el Pilín, su hermano, y otros, una bolita de entre 8 y 10 jóvenes que desde que salíamos, más o menos por el Vallado, se iban agregando y nos íbamos haciendo preguntas de todo tipo, de literatura, de filosofía, historia, física, química, matemáticas, alguien lanzaba la pregunta y todos inmediatamente a tratar de resolverla. Así avanzábamos, camine y camine, pregunta y pregunta, solución, discusión y hasta pleitos se armaban en esa caminata peripatética. 
Fue la mejor preparación, así que cuando fuimos hacer el examen de admisión, para todos, fue un día de campo. Lo pasamos fácilmente. Pero a la hora de tener que ingresar a la universidad, hubo una toma de rectoría que duró meses, el rector González Casanova tuvo que renunciar, así que vamos de vuelta a San Ignacio, afortunadamente estaba vacante aun el puesto de cartero y seguí en la chamba.
Entre la correspondencia llegaban catálogos de librerías: de Porrúa, de El Caballito, de El Sótano, ahí me encontré con el catálogo del Círculo de lectores. Era diferente a todos. Estaba hecho a color, además de las novedades editoriales, venían una serie de libros de “regalo”, éstos te los obsequiaban si lograbas reclutar a otro lector que encargara un libro. En el cupón, anotabas a tu reclutado y señalabas el libro que querías de obsequio. Mucho tiempo estuve pidiendo libros al Círculo de lectores, inscribiendo a quien se dejara.
El Círculo de Lectores nació en 1962, fue una idea de dos editores, un alemán y un español con el fin de hacer llegar lectura a todos los rincones, luego, en España implementó un sistema con agentes que llevaban los libros a domicilio, buena parte de sus clientes eran jubilados, discapacitados, ancianos. El Círculo creció, hizo su propia editorial, sus propios libros que eran muy bellos, forros artísticos, buenas fajas, el empastado fuerte, aguantador; hojas claras, letra grande, el catálogo era muy elegante, luego agregaron otros objetos que podía uno encargar a vuelta de correo como casetes, separadores, varitas de incienso, etc.
Hace casi 15 años, caminando por la Travessera de Gracia en Barcelona dimos, de casualidad, con el edificio del Círculo de Lectores, hacía mucho que había perdido la conexión con la editorial pero por el recuerdo de aquellos días de cartero en San Ignacio y las magníficas horas de lectura que me proporcionó, me atreví a entrar a ver, a ver que me encontraba. Había un salón con libros, los primeros libros que la organización editó, los primeros catálogos, esos que llegaban hasta San Ignacio, una empleada se acerca, seguramente vio mi cara de asombro, de satisfacción o lo que sea, así que le platiqué rápidamente mi relación desde 1972, cuando salí de la prepa, con la editorial.


Me presentó a otros ejecutivos que buscaron a Baja California Sur en el mapa, asombrados les encantó haber llegado hasta esos pueblitos que ni se imaginaban que existían. Me presumieron que llegaban a 62 países y hasta millón y medio de socios. Seguramente pensaron que, con mi testimonio y recuerdos, cumplieron con sus objetivos de llevar lectura hasta los últimos rincones. Fue una visita memorable.
El Círculo fue absorbido por la el gigante editorial español Planeta en 2010. Hace unos días fue noticia su desaparición. El modelo de negocio se agotó, la facturación disminuyó de 105 millones a 36 millones de euros en el último año, solo quedaban 300 mil del millón y medio de socios. Los cambios de hábito de lectura, la forma de obtener libros on line, acabaron con el Círculo de Lectores.
Vaya un recuerdo en éste Día del Libro a una gran editorial, por llevar la imaginación, la fantasía, el placer de la lectura, el conocimiento a todas partes, a esa vieja manera de obtener lectura que teníamos en los pueblitos donde no había librerías.

 

Pensamiento que busca ser poema…Por Luis M. Dibene Geraldo. /15 de mayo 2020/

* UNA REFLEXIÓN DE ENSAYO QUE BUSCA SER POEMA.
Por Luis Manuel Dibene Geraldo

* Cuando se me acorta el día y la tarde noche se alarga.
En estos días, semanas, meses, de pandémicos y virales tiempos…
de los que todo mundo habla, siente, padece y…bromea con humor alegre o negro
que hoy prefiero olvidar su afectación que daña y mata para pensar en la predicción
que dice que un gran virus llevará al cambio de Era, de otra Era de la humanidad…
y no solamente en el clima planetario, ni de belicosas guerras buscando más riquezas y poder sino en el ser humano que una fuerza lo impele a transitar por la profecía dicha
que anuncia y da señal del “covis coronado” ese mismo que ahora todo lo está cambiando
que ya nosotros mismos lo sentimos cuando en nuestras mentes hay guerras de emociones/ hay cambio en las conductas de humanos afectados en las sociedades y naciones/ con otras formas de ser y de vivir, estar y convivir en soledades de aflicción que hieren. Continúa leyendo Pensamiento que busca ser poema…Por Luis M. Dibene Geraldo. /15 de mayo 2020/

Poema mañanas cortas y noches largas.

*UNA REFLEXIÓN DE ENSAYO QUE BUSCA SER POEMA.
Por Luis Manuel Dibene Geraldo
* Cuando se me acorta el día y la tarde noche se alarga.

En estos días, semanas, meses, de pandémicos y virales tiempos…
de los que todo mundo habla, siente, padece y…bromea con humor alegre o negro
que hoy prefiero olvidar su afectación que daña y mata para pensar en la predicción
que dice que un gran virus llevará al cambio de Era, de otra Era de la humanidad…
y no solamente del clima planetario, ni belicosas guerras buscando más riquezas y poder
sino en el ser humano que una fuerza lo impele a transitar por la profecía dicha
que anuncia y da señal del “covis coronado” ese mismo que ahora todo lo está cambiando
que ya nosotros mismos lo sentimos cuando en nuestras mentes hay guerras de emociones…
hay cambio en las conductas de humanos afectados en las sociedades y naciones
con otras formas de ser y de vivir, estar y convivir en soledades de aflicción que hieren.
*Y en esta transición ahí me encuentro, entregando de ejemplo mi pasaje.
Así no invadiré terreno ajeno pues con el que hoy les cuento pudiera ser lo suyo.
Y qué mejor evidencia que el que siente y comparte su sentir como el de ahora…
cuando siento que se me acorta el día al vivir la mañana luminosa desde su amanecer
porque me da su luz un sereno bienestar, claridad en mi pensar, de ser y estar…
Y así mi esencia vívida se acorta luminosa hasta que mi farol soleado se va apagando
cuando se pone el sol al terminar la tarde, una tarde opaca y hasta oscura ya sin luz…
y ahí me invade la tristeza y el corazón protesta y el cerebro resiste confundido.
Hasta que cae la noche cuando a veces en el reposar y dormir sueño con volver a soñar con placenteras vivencias como las de una mañana, y es de noche…otra noche…
sin estrellas, de esas de oscuras amarguras que el subconsciente despierta para borrar la conciencia.  Continúa leyendo Poema mañanas cortas y noches largas.

A H O R A! Por Luis M. Dibene Geraldo./15 05 20/(Auxilio federal para los superdelegados.(¿?)/.Para un poema)

A H O R A !

Luis M. Dibene Geraldo

  • EL GOBIERNO FEDERAL MANDARÁ REPRESENTANTES FEDERALES A LOS ESTADOS POR LA PANDEMIA; ¿Y LOS SUPER DELEGADOS QUÉ?. * ENSAYO PARA UN POEMA.

Fíjense ustedes, selectos lectores, que desde la anterior semana traía anotado un tema que me llamó la atención en cuanto a que a pesar de que mucho se ha dicho, con pros y contras, sobre los superdelegados federales en los estados, que de los que en ese tiempo había-lo escribí como tema- 12 de ellos estaban en entredicho por las acusaciones y denuncias de que varios de estos aprovechaban esa posición sólo para hacer política personal para su futuro político-mínimo a alcalde o gobernador- y otros de que de plano estaban utilizando recursos y palancas lógicas por su cercanía con el presidente A.M. López Obrador para beneficiar mucho más A SU GENTE colaboradora o identificada con el representante, que además, en efecto, muchos recursos se desviaban hacia sus particulares negocios o pertenencias, en fin.

No sé en qué quedó “esta campañita” de denuncias pero sí sé que a algunos los suspendieron, quitaron, para “que no hicieran más ruido” a la figura presidencial o por que le estaban fallando a AMLO.

* ¿ACASO LOS SUPERDELEGADOS EN LOS ESTADOS NECESITAN A OTROS PARA SACAR SU CHAMBA?

Esto es porque ahora que me enteré de que “El gobierno federal mandará representantes a estados para atender pandemia”, dicho por el presidente López Obrador cuando indicó que reforzarán las medidas en los casos de COVID-19. “Ya se hizo una selección de otros sitios, otros estados; se trata de Morelos, particularmente Cuernavaca, Guerrero, Oaxaca, Veracruz, Puebla y Tlaxcala, y los que se necesiten, porque la pandemia desde luego está extendida en todo el país. Ahí y entonces es cuando me dio la suspicacia (buena herramienta, eh?) porque muchos pensábamos que un superdelegado lo controla todo pues tiene amplias facultades y recursos en las áreas que competen al gobierno federal y una de las principales es la de Salud en la entidad que corresponda; y ciertamente el ISSSTE, el IMSS, y el INSABI, están bajo su representación- además de lo que corresponda al gobierno estatal- está lo de velar y atender la problemática que hubiere, como el caso de aquí, en B.C.S. que desde antes de la pandemia coronavirus, había desabastos, ceses indebidos de personal, malos servicios, injusticias para pasantes y suplentes, en fin…añádanle ahora lo de la pandemia.

Por eso digo, ¿necesitará ayuda de otro representante federal para sacar su chamba un superdelegado? pues ya tiene colaboradores-equipo del perfil idóneo para cada rubro: Pesca, Semarnat, Educación, Salud, etc.?. He ahí la cuestión. Aquí, creo, hay de dos sopas: o hay ineptitud, incapacidad, para su desempeño de ese Super, o corrompió su encomienda; digo. El caso es que algo no embona aquí.

Y bien, permítanme ahora pasar a este pensamiento reflexivo que hice ayer y lo titulé así:

* UNA REFLEXIÓN DE ENSAYO QUE BUSCA SER POEMA.

* Cuando se me acorta el día y la tarde noche se alarga.
En estos días, semanas, meses, de pandémicos y virales tiempos de los que todo mundo habla, siente, padece y…bromea con humor alegre o negro que hoy prefiero olvidar su afectación que daña y mata para pensar en la predicción que dice que un gran virus llevará al cambio de Era, de otra Era de la humanidad…y no solamente en el clima planetario, ni de belicosas guerras buscando más riquezas y poder sino en el ser humano que una fuerza lo impele a transitar por la profecía dicha que anuncia y da señal del “covis coronado” ese mismo que ahora todo lo está cambiando que ya nosotros mismos lo sentimos cuando en nuestras mentes hay guerras de emocioneshay cambio en las conductas de humanos afectados en las sociedades y naciones con otras formas de ser y de vivir, estar y convivir en soledades de aflicción que hieren.

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Implacable Kronos Compilación de Sergio Ávila R. Por Emilia Pardo Bazán

¡Qué juventud y qué edad madura tan laboriosas y aperreadas las de don Zoilo Terrón! Sin una hora de descanso y recreo, sin un minuto que perteneciese al gusto y al solaz, vivió don Zoilo, no como la ostra -al fin, la ostra no trabaja-, sino como la polilla, que roe y roe y no sale de su rincón, no deja su viga telarañosa, no despliega nunca sus alas, buscando lo que las mariposas: luz, calor solar y entreabiertas flores.

Resuelto a ganarse un caudal, porque don Zoilo veía en el dinero la clave de la vida y el eje del mundo, sudó, se afanó y atesoró con incansable codicia, hasta llegar a la suma deseada. Cebado en la asidua labor, no supo don Zoilo lo que era pasear, ni se miró al espejo, ni cuidó de su salud, ni se enteró de que ya iban encorvándose sus espaldas y pesando sobre su cuerpo, recio como plomo, los años. Solo cuando se encontró poderoso, dueño de la riqueza pingüe que de antemano se propusiera obtener, entró a cuentas consigo mismo y advirtió que no había disfrutado miaja ni catado los goces lícitos y sabrosos de la existencia.

«He sido una bestia de carga», pensó, lleno de remordimiento y de melancolía. «Esto no puede quedar así. A ver si una vez, por lo menos, soy un racional. Es preciso que yo me case, que tenga familia y pruebe sus alegrías y sus expansiones, y, además, que mi mujer me guste mucho…, tanto como me gusta Casildita Ramírez, la viuda que vive en el segundo piso».

Al hacer estas reflexiones conoció don Zoilo que precisamente la Casildita susodicha era la que le venía pintiparada, porque su lozana beldad, y su sandunga encantadora le sugerían un remolino de ideas bucólicas y juveniles. Al ver de cerca a Casildita, a quien solía encontrarse por la escalera, don Zoilo sentía que toda su malograda mocedad le subía a la cabeza y de allí bajaba al corazón en olas de sangre. Y como el dinero infunde gran aplomo y arrogancia, don Zoilo no titubeó, y sin demora subió a casa de la linda viuda, celebrando con ella una entrevista y descubriéndole llanamente su cristiano y honrado pensamiento.

Estaba Casildita, cuando recibió la fulminante declaración del opulento don Zoilo, más mona aún que de costumbre, porque la sorpresa y la malicia hacían chispear sus grandes ojos morunos, y avivaban la risa en sus labios, y cavaban los traviesos hoyuelos en sus mejillas pálidas y frescas como las hojas de la magnolia. Jugando con un diminuto perrillo de lanas que parecía una bola de cardado y crespo algodón, oyó Casilda las extremosas palabras del vecino, y así que este acabó de formular su súplica, la viuda, halagando al gracioso animalejo por quien se trocaría de muy buena gana don Zoilo, respondió categóricamente:

-A la verdad, lo que usted me propone, para penitencia es atroz, y para ganar la gloria puede que no baste. No me atrevo, vamos, no me atrevo. Si tuviese usted diez añitos menos, diez añitos… Pero ¡si está usted más gris que las ratas y más desdentado que un serrucho viejo! Se reirían de nosotros cuando fuésemos juntos por la calle, créalo usted, ¡la gente es tan mala…! Solo por eso no le complazco a usted, que por lo demás, es usted persona muy apreciable y muy digna.

Salió don Zoilo del cuarto de la viudita desazonadísimo, y al mismo tiempo convencido de que nunca le había gustado tanto, que se moría por ella, y que todas aquellas cosas que había leído que les pasaban a los enamorados furiosos las sentía él en grado heroico y superfino. «¿De qué sirve el dinero -iba rumiando- si no sirve para tener, cuando a uno se le antoja y lo necesita, el pelo negro como la noche y unos dientes que deslumbren de blancos?». Y de pronto, como al que va a ahogarse se le ocurre asirse a un clavo muy delgadillo, ocurriósele a don Zoilo que con «guano» se compran también dientes y pelo.

A escape, el mejor dentista de Madrid -por supuesto, norteamericano- se encargó de amueblar espléndidamente el tenebroso antro de la boca de don Zoilo con una doble fila de mondados piñones, iguales, relucientes y parejos. Llegó después la vez al peluquero -francés, quién lo duda-, y valiéndose de una serie de botecillos de cristal y hasta media docena de cepillos y brochas, hizo pasar la cabellera de don Zoilo del gris amarillento al castaño oscuro, y del castaño oscuro a un negro de carbón, profundo, casi puedo decir que insolente.

La misma prolija operación, realizada con la barba, arrancó a don Zoilo una exclamación de pueril regocijo, porque el mágico licor de los empecatados botes le había aliviado del peso de veinte años lo menos, dejándole el rostro encerrado en un marco que afrentaba a la endrina y al ala del cuervo también.

A completar la restauración vino el ortopédico con una faja-corsé, firme represión de abdomen y derechura del espinazo, y el sastre y el ayuda de cámara coronaron la obra, ataviando, perfilando, atusando y componiendo a don Zoilo, dejándole hecho un petimetre[1], según los últimos decretos de la moda. Remozado así, perfumado, con un capullo en el ojal y radiante de esperanza, don Zoilo subió otra vez las escaleras, y sin que le anunciase nadie, cayó como una bomba en el coquetón gabinete de Casildita.

Era tal su arrebato, tan grande la turbación que el instante aquel le producía, que solo acertó a murmurar, en entrecortadas frases, una nueva declaración más apasionada, más vehemente que la anterior, y a repetir la proposición de casamiento, entre protestas de exaltada ternura. Casildita le oía y contemplaba con evidente asombro, y callaba, aguardando a que acabase su relación el galán.

Así que este hizo un compás de espera, tal vez por necesidad de respirar, la viuda, abarquillando las orejas rizosas y suaves del perrito, y con un sonreír que era el abrirse de una rosa en una mañana de mayo, pronunció con ingenua picardía:

-El caso es que no puedo complacerle en lo que me pide, y bien lo deploro.

-¿Por qué? -articuló don Zoilo, con anhelo infinito.

-Porque hará cosa de quince días estuvo aquí con la misma pretensión su señor papá, empeñado en pedir mi mano… y después de dar calabazas a una persona más respetable que usted, no es cosa de decirle a usted que «sí».

1. Petimetre: Persona que se preocupa mucho de su compostura y de seguir las modas. Del francés petit maître: ‘pequeño señor’ o ‘señorito’.