La reunión de este viernes subraya la importancia de la región Asia-Pacífico para EU y refleja la esperanza de Biden de lograr futuros acuerdos con China.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, recibe este viernes a los líderes de Japón y Corea del Sur, Fumio Kishida y Yoon Suk-yeol, en la intimidad de la residencia presidencial de Camp David para una cumbre que se espera sea tan emblemática como otras celebradas en este icónico centro de la diplomacia estadounidense.
Biden ha seleccionado Camp David con la intención de destacar la relevancia que atribuye a la alianza entre Estados Unidos, Japón y Corea del Sur, con la intención de establecer un contrapeso frente a China y frenar el programa nuclear de Corea del Norte.
”Hemos elegido Camp David con sumo cuidado. La elección sirve para reconocer que este lugar está reservado solo para los encuentros más importantes y significativos”, comentó a la prensa un funcionario estadounidense de alto rango.
La residencia, anclada en las montañas de Catoctin en el estado de Maryland, es conocida especialmente por los “Acuerdos de Camp David”, que sentaron las bases para la firma en 1979 del tratado de paz entre Israel y Egipto.
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Para lograr los “Acuerdos de Camp David”, el entonces presidente estadounidense, Jimmy Carter, seleccionó un lugar alejado de los medios de comunicación con la esperanza de facilitar un diálogo franco entre el entonces presidente egipcio, Anwar el Sadat, y el primer ministro israelí, Menajem Beguin.
Los medios de comunicación tienen restringido el acceso a Camp David y solo pueden entrar con autorización previa. Este viernes, los periodistas tienen un permiso especial para cubrir una rueda de prensa de Biden, Yoon y Kishida programada para las 15.00 hora local (19.00 GMT).
La privacidad de las más de 70 hectáreas de Camp David permite a los presidentes de Estados Unidos escapar de las presiones políticas de Washington y disfrutar de momentos de “soledad” y “tranquilidad”, describe la Casa Blanca en su sitio web.
El lugar, de marcado carácter rural, cuenta con 12 cabañas para invitados y la cabaña “Laurel”, sede de encuentros de alto nivel con tres salas de conferencias, un comedor y una pequeña oficina para el presidente, según la Asociación Histórica de la Casa Blanca.