Por Sergio Ávila R.
El sábado 13 de agosto de 2022, al término de nuestra asamblea de Escritores Sudcalifornianos, A.C. (ESAC), Mirna Sifontes, Marcela Magdaleno, Anastacio Agúndez y un servidor permanecimos en la mesa del estrado, donde la compañera Mirna nos leyó uno de sus más recientes poemas. Marcela lo analizó y le propuso algunas sugerencias. Y continuamos platicando sobre diversos temas.
Al rato observamos que un grupo de jóvenes pasaron a ocupar las sillas que habían dejado los compañeros socios asistentes a esa asamblea extraordinaria, -donde básicamente se trató lo relacionado al proceso de actualización de los estatutos que norman a nuestra Asociación.
Con la intención de retirarnos, le pregunté a uno de los recién llegados, si acaso se estaban reuniendo para escuchar alguna conferencia. Me contesto: ¡No, somos estudiantes que venimos de visita a este museo! Ellas y ellos pertenecían a la Universidad Autónoma de Chapingo, División de Ciencias Económico-Administrativas. Se encontraban viajando a lo largo del país para poder complementar su formación teórica, a través de diferentes empresas y, al mismo tiempo para “nutrirnos en cultura de las diferentes interacciones que se nos presentan día con día”.
Estos estudiantes, junto con su profesor aceptaron con gusto que se les recitara algunos poemas. Mirna Sifontes les declamó el poema que antes mencioné; por su parte, Anastacio Agúndez varios de sus poemas de corte campirano; Marcela expresó dos poemas y, un servidor “A unos bellos ojos paceños”. Además de ello, Marcela y Anastacio contestaron preguntas del grupo visitante, básicamente sobre economía regional y algunos rasgos culturales sudcalifornianos. O sea que, de manera tan inesperada, nos vimos de pronto inmersos en una agradable sesión literaria que, sin exagerar, a este grupo estudiantil le pareció ameno, ya que siempre se mostró atento y participante.