El software World 3 analizó datos de 1900 a 2060 para hacer predicciones. Su conclusión fue clara: la sociedad industrial colapsará en 2040.
El fin de la humanidad. Al respecto se han escrito miles de páginas, rodado decenas de películas y realizado cantidades industriales de predicciones (algunas más serias que otras). Lo cierto es que es una de las grandes dudas que como sociedad tenemos, lo cual es natural. Una de las respuestas más enigmáticas al respecto fue la del software World 3, desarrollado por el MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts), que en 1973 predijo que la civilización colapsaría en 2040. Algo que parece no ser descabellado.
World 3: el software que predijo el fin de los tiempos
El software fue un desarrollo de un equipo de investigadores medioambientales del MIT dirigido por Donella Hagaer Meadows, científica medioambiental, educadora y escritora. El World 3 fue un desarrollo del software original World One, creado por Jay Wright Forrester, pionero de la ingeniería informática del MIT, así como un gran científico de sistemas.
El Club de Roma fue la organización que encargó esta investigación a Jay Wright Forrester. Este grupo es una organización privada formada en 1968 por políticos de alto nivel cuyo interés era predecir el futuro para capitalizarlo financieramente.
Este software, que en aquel entonces se ubicaba en Australia, se desarrolló con el objetivo de simular la sostenibilidad global y predecir cómo sería el futuro del crecimiento mundial basándose en el hecho de que la Tierra tiene recursos limitados.
Las revelaciones de esta tecnología tomaron un camino más siniestro y predijeron el momento aproximado en que llegará el fin del mundo.
Esta tecnología informática analizó datos de 1900 a 2060 para hacer predicciones. Su conclusión fue clara: si no hay cambios drásticos, la sociedad industrial colapsará en 2040.
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El modelo del MIT de 1973 marcó 2020 como el momento en que la civilización comenzaría un punto de no retorno, si no se tomaba ninguna medida al respecto, informaron los líderes de aquel proyecto, en un informe de ABC en 1973.
La polémica no se hizo esperar. Los resultados obtenidos por World 3 se publicaron en un libro titulado Los límites del crecimiento, el cual fue criticado inmediatamente por presentar datos inexactos y por ser erróneo el sistema utilizado.
El libro consideraba que el cambio climático era causado por el ser humano. Los resultados mostraban que una vez alcanzado el pico, todo iría decayendo lentamente, junto con la calidad de vida.
Décadas después, un equipo de expertos de KPMG, una de las firmas contables más grandes del mundo, comparó los nuevos datos empíricos con los resultados del MIT de 1973.
“Dada la perspectiva poco atractiva de un colapso, tenía curiosidad por ver qué escenarios se alineaban más estrechamente con los datos empíricos de hoy”, dijo la directora de Asesoría, Auditoría Interna y Riesgos de Enterprise, Gaya Herrington, líder del estudio actual y responsable de sostenibilidad y análisis de sistemas dinámicos de esta firma en Estados Unidos.
Herrington analizó un total de 10 variables usando una tercera versión del programa original. Al momento de combinarlas, descubrió que el humano antepone los intereses económicos e industriales a cualquier otro elemento.
De esa manera concluyó que habrá una disminución del crecimiento económico en los próximos años que podría derivar en un colapso total de la sociedad para 2040, tal y como ya lo había dicho el software World 3 en 1973.
Las variables estudiadas fueron: población, fertilidad, mortalidad, producción industrial, producción de alimentos, servicios, recursos no renovables, persistencia de la contaminación, bienestar humano y huella ecológica.
Hay que aclarar que la predicción “no significa que los humanos dejarán de existir”, sino que “el crecimiento económico e industrial se detendrá y luego disminuirá, lo que dañará la producción de alimentos y los niveles de vida”, dijo Herrington.
Aunque la simulación de 1972 mostró que la sociedad estaba condenada al fracaso, la investigación de Herrington sostiene que el progreso tecnológico y el aumento de la inversión en servicios públicos pueden evitar el derrumbe.
Sin embargo, la humanidad tendrá que hacer grandes esfuerzos en los próximos diez años para cambiar este futuro que luce sombrío. Solo el tiempo nos dirá si lo conseguimos o fracasamos