La preciosidad del amor Compilación de Sergio Ávila R.

Por Mimnermo de Colofón (Griego, siglo VII a.C.)

¿Qué clase de vida, qué clase de placer puede existir

 sin la dorada Afrodita?

Que me muera cuando estas cosas ya no me interesen:

un flirteo en la oscuridad,

 los regalos que los enamorados dan, y la cama,

las flores de la juventud que todo hombre y mujer quiere arrancar,

ya que cuando la dolorosa vejez llega,

 desfigurando aún a un hombre bien parecido,

su mente se agota de preocupación

 y sus ojos ya no disfrutan de la luz solar,

detestado por los muchachos, insultado por las mujeres.

Tal es la carga que Dios ha hecho de la vejez.

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