A H O R A !
Luis M. Dibene Geraldo
* DE LAS INFORMACIONES COTIDIANAS NEGATIVAS, NEGRAS Y REPETITIVAS EN Y POR MUCHOS MEDIOS, Y SU DAÑO A LA SALUD MENTAL Y FÍSICA…POEMA INFANTIL.
Este martes 24 capté en un video de Facebook un tema que en cuanto más escuchaba a la mujercita que lo emitía más atención le ponía, y me dije, éste lo voy a archivar para comentarlo en su momento. Y es que de inicio guardaba cierta similitud con temas que yo había publicado ya que eran referentes a la comunicación que daña, nadamás que en los de mi caso me refería a la influencia negativa, de desinformación y falsedad, de engaño y/o tendenciosa- en buena parte- en la política, dadas cotidianamente, en particular en los medios electrónicos, sobre todo en los programas noticiosos de la televisión, en la radio (en menor proporción) y en cierto tipo de redes sociales. Ahí pues y por ejemplo, daba opiniones como “…algunas publicaciones mías sobre el tema reiterado del daño que hacen a una sociedad sometida ya de por sí al embate de la pandemia covid 19 y sus consecuencias ya sabidas, por lo que vuelvo ahora más que nunca en estas fechas electorales en México pues advierto que ya nos está invadiendo otra “pandemia”: la de notas e informaciones falsas politizadas, a pesar que saben sus autores o promotores que con las falsedades y desinformadas versiones de determinados temas no les importa el estar pasando SOBRE LA SALUD DE TODA UNA NACIÓN, la que es vida y/o malvivir o muerte, etc…”
Sin embargo hoy traigo esta similitud- como les dije al iniciar- pues en ese susodicho video ella se refería a la invasión cotidiana de día a día, hora tras hora, pero aquí no era sobre una desinformación política; no, sino que esas y otras malas, negras, noticias en torno a la violencia extrema, (en digitales videos, por watss, Facebook, por correos, de conductores de televisión y radio, pero, repito, no a lo político, sino AL DAÑO A LA SALUD MENTAL DEL INDIVIDUO, Y ORGÁNICA, CORPORAL, al irnos llenando “mañana, tarde y noche” de todos los terribles acontecimientos mundiales, nacionales y locales que corresponda, y por lo general repetitivos (después de un programa, el que sigue, igual, y el otro, etc…al grado que ni el cerebro más fuerte y “evasivo” lo soporta, y así, seguía con ejemplos…
Pues bien, aquí y ahora lo iba a detallar- porque vale la pena- pero al querer archivar ese video le di un mal click, y…se me borró; lo he seguido buscando porque está muy explicativo, científico y de valía; incluso con la advertencia de que uno los pudiera evadir y bloquearlos mentalmente (que yo lo trato de hacer y lo logro, pero no siempre, eh?)…Que la guerra de Ucrania, que la matazón en escuelas de E.U., que la violencia desenfrenada y hasta de impunidades en buena parte de nuestro México; que la inflación, que ya vienen otras epidemias, en fin…y repito, mañana, tarde y noche, de un canal a otro, de una radio a otra, en las redes, CON LA MISMA TEMÁTICA, y pues imagínense…Les debo pues, selectos lectores, el y el cómo lo dijo la seño del video. Si lo ven les pido me lo envíen por correo a…yomismoper@hotmail.com
* AHORITA.- COMO UN CONTRASTE PRESENTARÉ “EL PRIMER POEMA QUE APRENDIMOS…”
Mismo que ahora voy a colocar como un contraste con el tema de arriba porque conlleva la inocencia de la niñes, el escenario de una familia en reunión, una especial evocación de tiempos idos en La Paz nuestra; y, por supuesto el escribir de su autora, Mélida, que aquí vivió un tiempo, sudcaliforniana por un lado y B.C. tijuanense por otro, nuestra amiga y colaboradora ocasional que le gusta andar entre libros, archivos y demás en el ámbito literario, histórico y cultural en general. Así pues, selectos lectores, publicaré pues este pasaje paceño-familiar a través de “El primer poema que aprendimos…”. VA…
* EL PRIMER POEMA QUE APRENDIMOS…(Mélida Ojeda).
Puedo ver en la imaginación el comedor de la casa de la calle…, allá en La Paz, la de mi tía Lucy y don Juan, casa de techos altos, corredor amplio, como antaño se estilaba. Había una sala con poltronas en una de cuyas paredes estaba colgada una fotografía de doña Lucila en sus tiempos de juventud, y un patio trasero grande en el que, cuando hubo quedado viuda, construyó dos o tres departamentitos, sentido práctico y previsor de los tiempos aciagos, sí que tuvo esta prima hermana de mi padre.
Como suele suceder, o solía, cuando la familia tenía visita o se reunían varias personas en la sala, terminadas las labores del día, llegaba el momento en que se invitaba a los niños de la casa para que mostraran sus habilidades ya fuera en la declamación o en el canto. Había una cancioncita infantil que no sé por qué me quedó grabada, debe haber sido porque solo ahí la escuché y en ninguna otra parte, ni antes ni después; decía: Por aquí pasó una pava, chiquitita y colorada, duerme chiquito precioso, duerme que yo te amaré. Y era el éxito del pequeño Enrique, el segundo nieto de la pareja, que cuando estas escenas tenían lugar allá por los años setenta, debía andar por los cuatro, cinco años. Lo que me caía en gracia era precisamente eso: que solo ellos parecían saber estos versitos con todo el corte de lo muy conocido y popular.
Pues ahora que todo lo busco en internet, por pura curiosidad, pero segura de que no encontraría nada, escribí en Google los dichosos versos y resulta que tienen lo suyo, pues en un lugar llamado “La página de los cuentos”, encontré esta nota de 2012, que me encantó: “En una reunión de poetas hispano-americanos nos pusimos a tratar de recordar el primer poema que aprendimos, es decir, cuando éramos niños. Al contar ya con cuatro años de edad en Centro América recitábamos con lujo de ademanes y las manos tomando una forma “poética” nuestro primer poema memorizado, que era: Por aquí pasó una pava,/ chiquitita y voladora,/ que en las alas lleva flores/ y en el pico mis amores…” y la familia aplaudía…
Y me sigo con el tema, pues la pavita de los entonces párvulos, que ahora han rebasado ampliamente la cincuentena, tiene más miga. Con un epígrafe lindísimo del poeta guatemalteco Luis Cardoza y Aragón, hay en Google otra nota, ésta, del 2014. Primero, el epígrafe: “La poesía es la única prueba concreta de la existencia del hombre”.Y luego quien escribe nos devuelve a la pavita con estas líneas: Había un maestro que dijo: “Nunca he encontrado sentido a la poesía”. Sentí pena por él, por la pedagogía y por la humanidad. De prisa pasaron por mi mente versos de Machado, Alberti, León Felipe, Neruda, Benedetti…¡Nada! Todo me pareció insignificante ante tamaña apatía. No se me ocurrió entonces una de las más elementales representaciones del entorno inmediato nuestro: Por aquí pasó una pava…ni reparé en la importancia del hecho de representar el mundo, sociedad y naturaleza. El pedernal, la yesca y el fuego; el mamut y la recolección, no habrían sido un camino adelante sin la capacidad humana de soñar”. (Aldebarán, blog de Wilfrido Hernández Cabrera, Nueva Guatemala de la Asunción).
Bueno, pues acerca de este tema es todo. Sólo queda decir que la escena que describe el de la página de los cuentos es exactamente la que se desarrollaba en la sala de mis parientes. Solo que allí, mientras el pequeño Enrique cantaba, su hermanito menor, que era menudito, menudito, tenía a su cargo la coreografía o sea, bailaba mientras el otro cantaba. Ahora, la incógnita a despejar: ¿cómo irían a dar estos versitos a la casa de la tía Lucy?. Bonita historia verdad?…Ahora!